¿Conoces esa sensación de que algo mal, de que hay algo malo acechando y en el momento menos esperado saltará y te pillará desprevenido, con la guardia baja? Sientes que vas a ser descubierta, de que todo lo que has creado en tu mente, esa especie de muralla que lo encierra todo va a derrumbarse y todo absolutamente todo quedará expuesto. Sin tu consentimiento. Todos sabrán lo que eres realemente. Todo lo que piensas, lo que sientes, todo lo que intentas ocultar.
Pero realmente, siendo sincera contigo misma, qué es lo que quieres ocultar. Te has labrado una buena personalidad (esa que muestras) y no estás tan descontenta con ella, ¿no? A lo mejor lo que quieres ocultar son todos esos pensamientos extraños. Todas esas locuras que han llenado tu mente estos últimos días. Piensas que estás loca. Que tu mente no está bien. Puede que tengas razón. Puede que algo haya colapsado y que ahora todo dentro de tu cabeza esté fuera de control y lentamente vaya saliendo, sin tu consentimiento. Todo absolutamente todo está mal.
Estas perdida.
Todo se acaba