Hemos llegado a un punto de no retorno, en el que he decidido dejarte para poder seguir adelante.
Eres una dulce y encantadora piedra con la que tropiezo una y otra vez, pero tengo claro que no quiero seguir así.
Tengo sentimientos, y tu rechazo es como una daga afilada que atraviesa mi maltrecho corazón.
Te he borrado de mi vida. No más llamadas, no más mensajes, no más nada.
Has caído en la categoría de recuerdo y no pienso sacarte de ahí.
Olvidarme, ambos sabemos que es algo que se te da bastante bien.