3.6.15

178. Negligencia emocional

"¿Es acaso algún tipo de broma de mal gusto?
Le estoy dando demasiada importancia tal vez. Tú me soportas cuando soy fría e insoportable, ¿por qué me cuesta tanto hacer lo mismo pero en diferente papel? Otra vez estoy haciendo un drama, pero es que no puedo evitarlo. No puedo evitar estar pensando de forma continua en un final inminente. Y sé que las cosas terminarán por irse al carajo, como siempre, por mi culpa. Porque siempre es mi culpa. Y son las 4 am y debería estar dormida, pero la incertidumbre y el pensar que te puedas estar planteando terminar con toda esta mierda es el peor insomnio que he tenido en mucho tiempo. Y ando por ahí con ojeras y cara de sueños rotos, intentando llegar a alguna parte, con la certeza de que ese sitio realmente no existe.
Pero no tengo nada mejor que hacer que seguir buscando."

7.4.15

177.


Y sin darme cuenta han pasado ya tres meses.
Tres largos y contradictorios meses. Todo ha sido hasta el momento como una subida con caídas en picado. Ha dolido y me he reído y he llorado, pero ahora todo parece estar bien, en calma.
A lo mejor esas dos semanas de inflexión era lo que necesitábamosnecesitaba para darnosdarme cuenta de lo que realmente está sucediendo.
No tiene fecha tope.
No tiene una fecha "de inicio". 
Las cosas se han ido dando, entre peleas unilaterales y problemas no existentes. 
Al parecer la clave es el "quemeimportismo". 
Cuanto más me despreocupo, mejor parece ir todo.
¿Cuándo dejarán las cosas de carecer de sentido?

26.1.15

176.

Me hizo sentir ligera, brillante, cálida.
Me hizo creer que durante un minuto fui un rayo de sol.
Ligero y efímero.
Lo malo vino cuando me hizo caer de vuelta a la tierra.
Dolió.
Mi almohada quedó empapada en lágrimas, así como mis libros, mis hojas, mis sueños.
Lo peor de todo es que hizo que las palabras volvieran a fluir. Ganas de poder recolectar con esas palabras todo lo que me hacía sentir.
Durante un momento me hizo sentir que no estaba rota. Con un abrazo volvió a juntar todas mis piezas, las cuales volvieron a separarse cuando llegó el frío y dejó de hablarme.
Está de paso en mi vida, lo sé más que de sobra, pero me niego a olvidar y a perder todo lo que me dio en tan corto espacio de tiempo.
Tres semanas en las nubes. Nubes que después se han tornado oscuras y que han hecho de mi vida un caos lleno de tormentas y mares de lágrimas embravecidos.
Está bien.
No dejo de repetirme una y otra vez que todo está bien.
Me siento bien, pero en cierto modo me ha dejado hueca y azul por dentro.
Hueca y azul.
Pero feliz de forma algo agridulce.